lunes, 11 de diciembre de 2017

Humanismo avanzado, la propuesta para contrarrestar el posthumanismo.

por Miriam Díez Bosch   
Se pone en juego no “lo que haremos” en el futuro, sino “lo que seremos”

Transitar por la sociedad biotecnológica sin renunciar a la “condición humana” no es fácil. El abogado y urbanista Albert Cortina, autor de varias investigaciones sobre posthumanismo, cree que estamos ante el momento “más crucial de la historia humana”. Y advierte: “Se está poniendo en juego no lo que haremos o dejaremos de ser, sino lo que seremos de ahora en adelante”.

En estos tiempos hipermodernos, y ante la ideología del transhumanismo y su firme intención de construir una sociedad posthumana, emerge el paradigma del “humanismo avanzado” en un contexto de “responsabilidad colectiva”.

El transhumanismo es un movimiento que pretende transformar la condición humana mediante el uso del de la ciencia y la tecnología (se simboliza a veces como H+). No sólo quiere mejorar la mente sino superar condiciones que considera “innecesarias” como la muerte, el sufrimiento o el envejecimiento. La primera vez que surgió este término fue en 1957, pero su uso se ha popularizado desde los años 80.

Ante esta humanidad que va hacia un auténtico cambio revolucionario en su proyecto humano, Cortina, que es católico y ve la fundamentación del humanismo avanzada basado en el humanismo cristiano, parte del hecho que “estamos a punto de tomar las riendas de nuestra evolución como seres vivos y esto va a exigir un compromiso ético universal”. Para ello pone el acento en estar atentos ante algunas cuestiones:
Convergencia de tecnologías emergentes: la propuesta ante esta convergencia es desarrollar un sistema de valores que capacite a las personas a vivir de forma ética y responsable en la nueva sociedad biotecnológica del siglo XXI.     

Revolución de la Inteligencia: empezamos a vislumbrar los primeros signos y efectos de esta Revolución, la 4ª revolución industrial, en la que las biotecnologías producirán “cambios radicales” incluso en la propia naturaleza humana.
Tecnologías emergentes: el desarrollo y convergencia de la inteligencia artificial y de las tecnologías emergentes (nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información, tecnología cognitiva, robótica, computación cuántica…) ejercerán un impacto directo sobre los seres humanos, sobre la biosfera (esfera de la vida biológica) y sobre la noosfera(esfera de la mente planetaria o conciencia universal).
Estar preparado: es preciso capacitarnos para “actuar con responsabilidad tecnológica” ante esta nueva etapa de la evolución humana. Próximamente conviviremos, en paisajes, hábitats y ciudades inteligentes, humanos, mutantes, cíborgs, robots autónomos con personalidad electrónica legalmente reconocida… y por tanto debemos preparar las bases culturales, educativas, psicológicas, ambientales, sociales, políticas, económicas, éticas, espirituales… ante este paisaje “inédito” en nuestra civilización.
Humanismo avanzado: para comprender este cambio “disruptivo” y construir “urgentemente” una alternativa, Cortina propone un “humanismo avanzado” basado en una “ética universal integradora de los principios y valores de la humanidad”. Aquí Cortina cree que las tradiciones religiosas y espirituales tiene algo que decir y apuesta por “incrementar la esperanza de que lo vamos a hacer bien, todos juntos y sabiamente”.

Albert Cortina (Barcelona, 1961) es director del Estudio DUM, profesor y investigador en ética aplicada al urbanismo en varias universidad, como la Universidad Politécnica de Cataluña. Es consultor en inteligencia ambiental, biomimética y hábitat inteligente.

Su preocupación es que se promueva un humanismo avanzado al servicio de las personas desde una cosmovisión que integre ciencia, ética y espiritualidad. Ha publicado ¿Humanos o posthumanos? (Fragmenta, 2015) o Singulares (Ediciones Internacionales Universitarias, 2016). Su último libro, Humanismo Avanzado, para una sociedad biotecnológica (Ediciones Teconté 2017) aboga por sentido común y apuesta por el mejoramiento humano con límites: “Todo nos está permitido, pero no todo nos conviene”, sentencia recordando que cree en el ser humano y que es “humanooptimista”.


Aleteia  | Dic 10, 2017

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